Dama De Azul chords

Luis Enrique Ascoy

Key: 

Simplify chords 

  			A               D         E 
El Ángel del señor la visitó 
        A              
Señora mía, le dijo: 
D                E           A    
“alégrate llena de gracia divina” 
    C#         F#             
le trajo una buena noticia, 
        C#           F# 
que sería madre del Mesías. 
       D              A 
Y usted con cándida osadía, 
        D             F# 
le preguntó cómo sería 
  B            D      E  
si a ningún hombre conocía. 
A                    D 
Quizás no era oportuno  
         E 
el preguntar 
 A                     D 
Señora mía, ni Dios detuvo 
    E           A 
curiosidad femenina, 
      C#           F# 
por una frase parecida, 
     C#             F# 
dejaron mudo a Zacarías. 
     D                  A 
Pero en su caso quién diría, 
     
  D                  F#    
Dios no se ofende ni se irrita 
  B           D        E 
incluso todo se lo explica. 
   A     E 
Dama de Azul, 
 F#     E                 A 
esclava más humilde del Señor 
   C#                    D 
que lo consigue todo con amor, 
                F# 
y eso que no habla 
             D 
muchas palabras 
                                                      A 
siendo una mujer eso es una hazaña, 
                  D  
más aun si quiere ser abogada 
             E 
de un servidor... 

       A E 
Dama de Azul, 
  F#    E                F# 
esclava más humilde del Señor, 
C#                          D 
tu que lo consigues todo con amor, 
               F# 
y es que siempre amas, 
    D                      F# 
sin pedir nada siendo una madre 
          D 
solo me extraña 
        A             
más aun se ofrece a ser  
    D                   E 
nuestra aliada en la oración.. 
Dama de Azul... 
*Recuerda cuando el vino se acabó, 
Señora mía, y le pidió a Jesús 
intervenir aquel día...Él dijo: 
“mujer todavía; no es mi hora, 
no insistas”, 
y mientras lo repetía, 
usted a los criados pedía 
que hagan todo lo que él les diga. 
*Quizás no era oportuna la ocasión 
Señora mía, más ni él pudo  
con su tenacidad femenina. 
Y aunque Jesús no lo quería, 
era Mamá quién insistía 
con una voz y una sonrisa, 
seguro que usted ya sabía 
que él iba ha hacer lo que pedía.